Algo mío

Pues aquí dejo algo escrito por mi. No tiene ningún valor más allá del sentimiento que puse al escribirlo... Ahí va:

Dulces como el murmullo de una brisa enamorada en primavera; cálidas, como el ocaso en verano; melancólicas como el sonido dorado del viento otoñal y frías como la escarcha plateada del invierno.

Algunos dirán que son mujeres disfrazadas de niñas. Otros pensarán que sólo son presumidas muchachas anhelantes de miradas. Pero muy pocos verán que, en esos ojos de niñas en rostros de mujeres, hay sueños y fantasías que sólo ellas son capaces de materializar en un mundo demasiado real para poder imaginar.

Se hacen llamar lolitas y son la perfecta unión entre la niña que fueron un día y que ya nunca serán y, la mujer que serán y que tal vez nunca lleguen a ser. Pues ellas, prefieren mantenerse así. Adultas y niñas a la vez. Maduras e infantiles a un tiempo. Con suficiente experiencia como para soportar las duras palabras de los demás y con la increíble capacidad de sorprenderse… esa capacidad que únicamente los niños poseen.

Dulces, fresas y tartas de chocolate son sus adornos. Elegantes vestidos rosados con finísimos encajes blancos. Puntillas que rodean sus cuellos. Coronas en cabellos de colores. Plataformas y rocking shoes. Anhelantes de épocas románticas y pasadas. Y en su interior: frágiles almas con corazón de piedra. Bondadosos sentimientos protegidos en armaduras de hielo.

Refinadas damas de gracioso caminar. Sus ojos miran a lo alto, más allá de las puntas de los árboles ¿por altivez? ¿por arrogancia? Algunos pudieran pensar que así es, pero la razón es que, allí donde ellas miran, hay un mundo que sólo ellas son capaces de ver: un lugar exquisito y hermoso. Con árboles de hojas de oro y flores de rubí. Los caminos son rojizos y las fuentes de reluciente plata. Allí, las lolitas caminan bajo elegantes quitasoles y, el dulce perfume de las flores, envuelve sus almas para hacerlas más cándidas y más fuertes a la vez.

Y así, con sus soñadores ojos mirando al infinito, piensan que tal vez algún día...